Recursos de cohesión
Escribir bien implica tener en cuenta varias cuestiones, pero todos coincidimos en que la coherencia y la cohesión son fundamentales para lograr un buen texto. Dentro de la cohesión hay dos recursos imprescindibles: la conexión y la referencia.
La conexión
La conexión da cuenta del correcto uso de los conectores oracionales: palabras o grupos de palabras cuya función es enlazar enunciados u oraciones, vinculándolos con algún propósito expositivo o argumentativo, y poniendo de manifiesto entre ellos relaciones semánticas diversas, como contraste, causa, consecuencia, adición, oposición, equivalencia, orden, etcétera.
Hay distintos tipos de conectores, y es fundamental conocerlos y usarlos de acuerdo a las relaciones que establecen.
Una lista para empezar:
Aditivos: además, asimismo, es más, por añadidura, también, igualmente, más aún, incluso, efectivamente
Adversativos y contraargumentativos: ahora bien, al contrario, por el contrario, todo lo contrario, antes bien, después de todo, empero, en cambio, no obstante, sin embargo, a pesar de eso
Concesivos: así y todo, aun así, con todo, de cualquier manera, de todas formas, de todos modos, en cualquier caso, aunque, ahora bien
Consecutivos: por lo tanto, por consiguiente, de ahí que, en consecuencia, entonces, por eso, por ende, por tanto, así que, en ese caso
Causales: ya que, porque, puesto que, dado que
De orden: en primer/segundo lugar; en primer/segundo término, por una parte/por otra, por un lado/por otro, para comenzar/para terminar, finalmente, a continuación
Explicativos: a saber, dicho sea, esto es, es decir, o sea
Ejemplificativos: por ejemplo, así, así como
Rectificativos: más bien, mejor dicho
Reformuladores: en otras palabras, dicho en otras palabras
Recapitulativos: en síntesis, para terminar/finalizar/resumir, en resumen, en resumidas cuentas, en suma
Recuerden: los textos mejoran muchísimo cuando incorporan conectores, pero no hay que abusar de ellos ni repetirlos innecesariamente.
La referencia
La referencia es un recurso que alude al correcto uso de los pronombres, clases de palabras que pueden cumplir las funciones sintácticas de los sustantivos, los adjetivos o los adverbios, y que se emplean para referirse a las personas, los animales o las cosas sin nombrarlos.
Hay distintos tipos de pronombres: personales (yo, me, te, le, los, consigo…), posesivos (mi, mío, su, tuyo…), demostrativos (este, ese, aquel…), relativos (que, quien cual, cuyo…), indefinidos (nadie, alguien, alguno…) y enfáticos (qué, dónde, cómo, quién…).
Solemos usarlos con frecuencia en la escritura: contribuyen con el principio de economía de la lengua porque evitan repeticiones innecesarias y son grandes colaboradores en la cohesión porque relacionan las distintas oraciones. Sin embargo, hay tres consejos importantes: no abusar de ellos, evitar la ambigüedad y prestar atención a sus referentes.
❌ Ellos acapararon la atención del público. Ellos lo sabían, y se aprovecharon de la situación.
✔ Ellos acapararon la atención del público; lo sabían, y se aprovecharon de la situación.
Nicolás, Juan y Pablo llegaron muy cansados a la reunión. Su cara lo delataba.
❓ ¿A quién refiere el “su” y el “lo”?
❌ Nos pidieron que le lleváramos los libros a las dos profesoras.
✔ Nos pidieron que les lleváramos los libros a las dos profesoras.
En síntesis, lo importante es prestar atención al uso de conectores y de pronombres cuando escribimos, pero también cuando revisamos nuestros textos para corregir cualquier error que se nos haya escapado.
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